Alemania en Otoño



Alemania en Otoño (1978)

Film Colectivo, dirigido por:
Alf Brustellin
Hans Peter Cloos
Rainer Werner Fassbinder
Alexander Kluge
Maximiliane Mainka
Beate Mainka-Jellinghaus
Edgar Reitz
Katja Rupé
Volker Schlöndorff
Peter Schubert
Bernhard Sinkel





"Alemania en Otoño" es un inmenso collage en el que acaban confluyendo sensibilidades diferentes y en el que algunas piezas son certezas documentales, otras representadas y otras tan sólo sugeridas. "11.11.01" parece una reticulada manta "pachtwork" al lado de este collage braquiano que resulta ser "Alemania en Otoño" en el que los materiales se expresan por si mismos. No llamaría episodios o capítulos a las partes de que se compone "Alemania" sino materiales que se solapan y contrastan entre sí. Es casi imposible, si no se es un experto, reconocer la firma de los autores de cada pieza, lo cual, creo que es un acierto, pues se acerca más a la idea que yo tengo de una obra colectiva, es decir heterogénea y sin verse limitada por la imposición de unos soportes, formatos, espacios, etc. ni siquiera de una línea narrativa o argumental y por eso mismo resulta difícil "explicar" o hacer una sinopsis de esta película.




En esta obra, la única imposición es la de invitar a la reflexión sobre unos hechos, que convulsionaban a la sociedad alemana de final de la década de los 70, de la misma forma en que la sociedad occidental y en concreto estadounidense se conmocionó a raíz de los atentados del 11.11.

Theo Hinz, de la Filmverlag der Autorem y promotor de la idea, afirmó que era necesario acometer una obra de esas características porque "todos teníamos la impresión de vivir bajo un histerismo general contra los terroristas, bajo una indiscriminada persecución de sus simpatizantes, bajo una amenazadora criminalización de toda crítica en torno a las circunstancias, bajo un recelo y un temor general de la censura que estaba imponiéndose, pero sobre todo bajo el miedo de ver convertida en realidad una nefasta alianza entre el terrorismo y el fascismo" ¿les suena esto?




En cambio por otro lado, una gran parte de la sociedad sólo veía el histerismo en la izquierda, (nada residual y procedente del magma marxista-leninista, antinuclear, feminista, okupa, anti-Vietnam, etc... que generaron las revoluciones estudiantiles del 67 y del 68) y cómo no, dando la razón a la verdad gubernamental y confiando plenamente en la democracia de partidos y en la representatividad de sus políticos, sistema cuestionado ampliamente por la izquierda radical, enrocada en su interpretación sobre las causas de la muerte en prisión de los terroristas Baader, Gudrun Ensslin y Jan Carl Raspe y un año antes de Ullrike Meinhof. No hay pruebas definitivas y concluyentes, ni las habrá nunca, sobre las causas de estas muertes.
Sólo existen las pruebas oficiales y que precisamente por su oficialidad son las que ofrecen menos crédito.




Tiene su lógica que unos se obstinaran en pensar que fueron asesinados, a la vista del despliegue de medidas legales excepcionales y desproporcionadas que limitaban seriamente los derechos de todos los ciudadanos, con enmiendas a la Ley fundamental de Bohn, y las que limitaron los derechos de los detenidos acusados de actos terroristas, como la Ley de Interrupción de contactos y que acabo con más de 100 detenidos en regimen de aislamiento total; esto en cuanto a lo legal y sabido, luego están las torturas, la contundencia policial, el rastreo de informaciones privadas e informáticas y la creación de unidades de investigación más cercanas a la "guerra sucia" y el "todo vale" que a las de una policía democrática. ¿les sigue sonando?.

Tiene tambien su lógica que otros se obstinaran en creer la versión oficial y entre estos hubiera quienes pensaban que si realmente fueron víctimas de la guerra sucia, pues les estaba bien empleado, si atendemos a las nada inocentes acciones de los terroristas, que ni siquiera resumiré pero que culminaron con su Miguel Angel Blanco particular que no era otro que el Industrial H.M. Schleyer, raptado y asesinado pocas horas después de que la policía alemana abortara la operación de secuestro de un avión con 86 pasajeros.




Como dice la madre de Fassbinder a su hijo en medio de una discusión sobre el tema: "¿Y es democrático asesinar a una persona inocente o secuestrar un avión con 90 pasajeros?".
La respuesta a esa pregunta la da más adelante en una entrevista en su celda Horst Mahler, terrorista fundador del RAF, encarcelado y a quien le faltaban unos años de condena por cumplir, en la más pedante de las peroratas revolucionarias que he oido en mucho tiempo, perorata que haría palidecer al mismísimo Fidel Castro, repulsivos y aburridos postulados de justificación de la violencia. Curioso es saber que los miembros activos y dirigentes de la primera hornada de la Baader Meinhof, pertenecían a las capas más agraciadas económica y culturalmente de la sociedad alemana. Por todo ello no es casualidad que este individuo, ahora con 70 años y poco despues de los atentados del 11 de sep. manifestara en un programa de la televisión pública alemana lo siguiente:




"Fue un horror y al mismo tiempo también la sensación de que ya era hora, por fin les han dado en pleno corazón. Y eso les llevará probablemente a la reflexión. Y por eso digo que ésa fue una acción que, por cruel que fuera, es justa".

Rizaré el rizo de la curiosidad si les digo que éste Mahler, que no escribió una partitura musical en su vida, pudo ejercer la abogacía a partir de 1988 gracias a la aplicación del entonces su abogado, Gerard Schroeder y actual canciller de la RFA.

Ricemos aún más el rizo diciéndoles que el Sr. Mahler ingresó a finales del 98 en las filas del ultraderechista Partido Nacional Alemán defraudando con este sorprendente cambio de chaqueta a sus antiguos compañeros. Se ha expresado en la revista revisionista* "Sleipnir", ha participado en numerosas manifestaciones públicas de signo anti-judio y ha creado el Movimiento de Reagrupación Nacional para luchar contra la entrada en Alemania de los inmigrantes extraeuropeos. Perlas como: "Los extranjeros son algo parecido a un poco de sal en la sopa. ¿Pero le gusta a usted la sopa salada?" o "La presencia en nuestro suelo de culturas alógenas, representadas por millones de individuos, me parece una amenaza para nuestra existencia. Es un tema que me preocupa en extremo, y creo que otras personas piensan como yo y luchan para frenar esta evolución" o "todas las organizaciones y comunidades judías en Alemania deberían ser clausuradas", demuestran claramente que clase de persona vemos en esa celda de "Alemania en otoño".



Horst Mahler ** 



"Alemania en otoño" contrapone en lo único que podemos considerar un leve hilo argumental, (episodio de Fassbinder aparte) el entierro de H.M. Schleyer en la catedral de St.Eberhardt con los entierros de los tres terroristas del RAF muertos en prisión. La pompa, refinamiento y elegancia del entierro de Schleyer, con la dejadez del entierro de los terroristas en Stuttgart. Además de la ocultación a la prensa del lugar, fecha y hora del entierro por el alcalde de la ciudad Manfred Rommel. Sí, como el general nazi Erwin Rommel, su padre!. Curioso, ¿no? La historia de Alemania es toda ella curiosa y sorprendente.

La película se cierra con una impresionante secuencia, un plano subjetivo del equipo de filmación abandonando el recinto del entierro y sorteando las innumerables barreras del dispositivo policial, alternado con las de una mujer y su hija abandonando tambien el recinto, pero por otro acceso y haciendo auto-stop, al son de aquella canción de Moustaki que utilizó Ennio Morricone en Sacco e Vanzetti.




"Alemania en Otoño" es una gran obra colectiva, interesantísima, imprescindible para conocer una gran parte de la historia de ese país, incómoda y "unconventional", nada comercial, nada fácil, pero además es una oportunidad para conocer el estilo y la forma de un Nuevo Cine Alemán empeñado en hacer eso, cine, dilapidando el difundido tópico de la escasa creatividad de los artistas alemanes.

* El revisionismo en Alemania (ampliamente secundado en algunos países árabes), es el movimiento que trata de justificar o negar el holocausto judío.
** En la foto, Horst Mahler, en 2009 poco antes de su condena e ingreso en prisión por negación del Holocausto.



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